Desde el 5 al 21 de marzo Trixia Valle fue invitada a una serie de conferencias para mamás y papás en las ciudades de Reynosa, Matamoros, Ciudad Victoria, Nuevo Laredo y Tampico. El tema de la conferencia fue "Familias con valores, hijos con futuro".
Los asistentes recibieron consejos prácticos y reflexiones que a muchos conmovieron hasta las lágrimas. Lo que más les hizo sentido fue la pregunta que a ustedes también planteamos: ¿qué prefieres, el bien o la felicidad? En la mayoría de los casos la gente eligió la felicidad. Sin embargo, el hedonismo es la búsqueda de la felicidad a cualquier costo y sin importar el bien. Para que haya una felicidad permanente debe haber bien y buscar el bien, pues no hay felicidad sin bien.
Al final de la conferencias muchos papás y mamás se acercaron a platiucar con la autora y confiaron en ella sus preocupaciones y reflexiones que están dispuestos a aplicar desde ahora.
Tú que opinas: ¿puede haber felicidad sin bien? Déjanos tus comentarios pues a Trixia le encantará conocer tu opinión y dudas.
A todos nos queda claro que respecto a la tecnología, ya no hay reversa, no podemos salirnos de ella por más que quisiéramos pues es la realidad de las nuevas generaciones. Los niños, ahora llamados nativos digitales, son quienes se han adaptado en mayor grado a estas formas de comunicación y está perfecto. Sin embargo, su capacidad de discernir y de filtrar información, está en plena formación por ello es tan importante que las mamás sepamos cuando dar la tecnología y los riesgos de hacerlo antes de tiempo.
La regla 3, 6, 9, 12 es una propuesta para cuidar de la ola, tipo tsunami digital a la que nos enfrentamos. Consiste en:
El mundo ha cambiado de forma radical en los últimos tiempos, la tercera revolución industrial, generó una comunicación impersonal a través de medios digitales, con un sentido de inmediatez que lo que más afecta es la empatía y la tolerancia entre cada uno de nosotros. Yo recuerdo un anuncio de computadoras que decía “el mundo ahora es personal” y en ese momento me parecía un poco exagerado, pues no me había abierto a la posibilidad de concebir un mundo lleno de gente donde cada persona está centrada sólo en sí misma. Esto ha generado una pérdida de la empatía por los demás de la cual se deriva el cambio en el concepto de valores.
La empatía es la cualidad del ser humano que da la capacidad de percibir, compartir y comprender lo que otro ser puede sentir. Es cuando te “afecta” lo que les pasa a otros, porque lo sientes. La empatía, en la normalidad, es inconsciente, se procesa de inmediato y no da la oportunidad a la persona de pensar, por eso los niños pequeños tienden a consolar a alguien cuando llora o está enojado, porque saben que esa persona necesita compasión. ES EL PILOTO AUTOMÁTICO PARA PROTEGER A LA ESPECIE. Por ello, no es natural causar dolor a propósito, ni matar a sangre fría, ni golpear a otro sin compasión, porque te “afecta”, al tener empatía.
Siendo esta la naturaleza de una persona, es todavía más sorprendente que una joven de secundaria sea golpeada brutalmente por dos compañeras y por varios minutos, ante la vista del resto de los alumnos de su salón de clases, y sin que a nadie le importe, ni se meta, e incluso lo graben. Esto fue lo sucedido en Ciudad Sahagún hace unos días y que a todos nos tiene con la boca abierta y los ojos cuadrados. Ver la agresión sin empatía, ni apoyo, ni un solo grito de “Ya déjenla”, es un misterio y una tragedia ante nuestra especie humana y es una involución de la consciencia.
Según algunos investigadores, como Jeremy Rifkin, dicen que la historia emocional de la persona, las cosas que le hayan pasado, pueden afectar o distorsionar qué emociones se perciben en los demás. Y aunque tenemos la empatía de nacimiento, y sabemos por instinto cómo se sienten los otros, es una cualidad que se desarrolla o se pierde a lo largo de la vida. Hay dos tipos de empatía:
Trixia Valle, especialista en el Programa HOY, nos revela algunos de los síntomas que presentan los niños cuando sufren bullying, sobre todo cuando tienen que ver con alguna cuestión física que los hace vulnerables.