La empatía es la cualidad del ser humano que da la capacidad de percibir, compartir y comprender lo que otro ser puede sentir. Es cuando te “afecta” lo que les pasa a otros, porque lo sientes. La empatía, en la normalidad, es inconsciente, se procesa de inmediato y no da la oportunidad a la persona de pensar, por eso los niños pequeños tienden a consolar a alguien cuando llora o está enojado, porque saben que esa persona necesita compasión. ES EL PILOTO AUTOMÁTICO PARA PROTEGER A LA ESPECIE. Por ello, no es natural causar dolor a propósito, ni matar a sangre fría, ni golpear a otro sin compasión, porque te “afecta”, al tener empatía.
Siendo esta la naturaleza de una persona, es todavía más sorprendente que una joven de secundaria sea golpeada brutalmente por dos compañeras y por varios minutos, ante la vista del resto de los alumnos de su salón de clases, y sin que a nadie le importe, ni se meta, e incluso lo graben. Esto fue lo sucedido en Ciudad Sahagún hace unos días y que a todos nos tiene con la boca abierta y los ojos cuadrados. Ver la agresión sin empatía, ni apoyo, ni un solo grito de “Ya déjenla”, es un misterio y una tragedia ante nuestra especie humana y es una involución de la consciencia.
Según algunos investigadores, como Jeremy Rifkin, dicen que la historia emocional de la persona, las cosas que le hayan pasado, pueden afectar o distorsionar qué emociones se perciben en los demás. Y aunque tenemos la empatía de nacimiento, y sabemos por instinto cómo se sienten los otros, es una cualidad que se desarrolla o se pierde a lo largo de la vida. Hay dos tipos de empatía:
- Empatía afectiva o emocional: que es el radar para saber cómo se siente el otro y en base a ello, reaccionar, se basa en el contagio emotivo,. Y surge por dos razones, la preocupación empática por los demás, que es cuando ves llorando a alguien y lo quieres consolar; o por aflicción propia, sentirte incomodo o mal al ver sufrir a otro, como cuando te molesta que le peguen a un niño pequeño frente a ti, te sientes mal.
- Empatía cognitiva: es la capacidad de comprender el punto de vista o lo que piensa el otro. Y sucede al entender los puntos de vista del otro, cuando te explican algo y lo razonas y lo entiendes o al proyectarse por medio de la imaginación, como nos pasa en las películas o los libros.
Si esto es la empatía, ¿por qué estamos involucionando? ¿Por qué no nos importan los demás? ¿Por qué estamos dejando de tener empatía? Los expertos dicen que sucede por lo general a causa del narcisismo, dejo de ser empático -cuando sólo me importo yo y aumenta mi arrogancia y mi soberbia-. Una persona con poca empatía, sólo le importa ella misma, es egoísta y poco comprometida con su entorno. Sus relaciones tienden a ser obligadas o impuestas, lo que cabe perfecto en el perfil del agresor de bullying, que por fuerza o poder obtiene aprobación del grupo, ya que le tienen miedo. Este tipo de personas tienden a generar relaciones vacías, negativas y destructivas y las consecuencias se vuelven peores con el tiempo, ya que la persona por lo general no sabe que tiene un problema, pues la soberbia no le deja ver que está mal.
“La adrenalina, sentirte popular y que puedes ganar siempre, es lo que hace que no te detengas en esos momentos de la agresión”, eso es lo que me confiesa una ex bully y golpeadora de sus compañeras en secundaria. Y me dice que respecto a los que grabaron como cómplices, podemos verlos como los que denuncian anónimamente para poder ayudar y que se haga justicia, pero que no venga directamente de la propia mano de la persona que grabó, porque tienen miedo de que les vaya igual o peor.
En los ambientes juveniles, el miedo se confunde con respeto y cuando hacen algo todos, se considera que está “bien”, que no pasa nada. Cuando alguien, un maestro o directivo, llega a intervenir en sus problemas, dicen que “fueron todos” como si nadie lo hubiera hecho. Además, cuando las malas acciones se hacen en grupo, se empoderan negativamente y se sienten con derecho a actuar así.
Para comprender esta falta de empatía que vemos en los jóvenes y que pareciera un contagio que cada vez hace a todos actuar así, podemos ver que los cotos de poder, son al iguales que la empatía, se generan de forma automática cuando las personas se sienten con poder sobre otras. Cuando alguien se pone en una posición de poder como se ha visto en los experimentos sociales donde juegan una parte del grupo el rol del carcelero y el otro de los encarcelados, los carceleros se vuelven ruines, viles, maltratadores, agresivos y bullys, gente normal que al tener poder se “vuleve” abusiva.
Por el otro lado, en experimentos sociales como cuando secuestran a alguien en frente de una multitud o cuando golpean a alguien, lo más que llega a pasar como reacción de quienes lo ven, es hacer una llamada anónima, por lo que estos experimentos prueban que todos somos espectadores y denunciantes anónimos por miedo. El compromiso social ha bajado, porque al ser testigo, te puedes volver la siguiente víctima y así no estamos actuando como una sociedad comprometida y esto nos lleva a la involución, junto con la falta de empatía, los cotos de poder y la no denuncia, la impunidad y el abuso siguen creciendo y crecerán hasta que alguien ponga un alto. “El valiente sigue hasta que el cobarde quiere…”. ¿Tú qué opinas?