No son novedad los daños que causa la violencia escolar, pero es importante conocer que el tema del bullying no es solamente de autoridades y escuelas, los padres de familia también deben estar conscientes de ello.
La especialista Trixia Valle afirma que “el 60% de las niñas son las agresivas” y esto es porque las mamás en su mayoría les dicen a las niñas: “no te dejes, si te pega tu compañerito, tú pégale” lo cual sólo genera más violencia.
Este problema afecta a cientos de niños por eso @Trixia_Valle te presenta algunos consejos para detectar si tu hijo sufre de #bullying o es quien lo genera.
Trixia Valle entrevistada al lado de Renata Legorreta en Cadena Tres sobre el libro "Mi Bully y Yo" una historia real que gira en torno al bullying.
Multar a los padres de menores de edad que ejerzan bullying, es la propuesta que encabeza la escritora Trixia Valle para combatir este fenómeno que, asegura, alcanza a todos los niveles socioeconómicos en escuelas de todo el país.
La suya es una voz autorizada: Valle fue víctima de violencia escolar en su niñez, es directora de la Fundación en Movimiento A.C., la cual está dedicada a combatir esta problemática y coautora de Mi bully y yo.
“No se debe criminalizar a los niños, pero sí se debe sancionar a los padres de los agresores. Hoy a los padres de familia lo que más les duele es su bolsillo, y si hay una medida efectiva que no vaya en contra de los niños, ni tampoco de los maestros, es justamente multar a los padres de los agresores”, indicó Valle en entrevista con MILENIO Jalisco.
La escritora sostiene que la sanción económica ha mostrado eficacia para normar otras conductas inadecuadas como manejar por encima del límite de velocidad. “Así sea la multa de 300 pesos, es un hecho que le bajas… nadie quiere pagar ni una multa”, ejemplificó.
Trixia Valle informó que Sonora podría convertirse en el primer estado del país, en adoptar esta sanción económica en los próximos días como medida para combatir el bullying.
“Es mejor opción que criminalizar. No tendremos cárceles suficientes, no va a haber lugar suficiente, no va a haber psicólogos suficientes”, respondió contundente, sobre la postura de diputados que apuestan por crear leyes contra el bullying. Ella rechaza el endurecimiento de tipo penal contra agresores menores de edad.
Entrevista a Trixia Valle y Renata Legorreta sobre la historia de "Mi Bully y Yo", realizada en W Radio por Fernanda Tapia.
Tras lamentar el deshonroso primer lugar en acoso escolar que ocupa México entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la senadora Mariana Gómez del Campo Gurza advirtió que el “bullying “es un problema que sigue creciendo, por lo que hizo un llamado a no bajar la guardia y aprobar las reformas necesarias que hoy se encuentran pendientes, a fin de evitar que este tipo de violencia siga cobrando más víctimas en el país.
En el marco de la presentación del libro “Mi Bully y Yo: Dos Historias de Vida, Daño y Perdón”, la legisladora del PAN confío en que próximamente México pueda dejar atrás esta estadística, así como el hecho de que en el 61 por ciento de las escuelas existan intimidaciones y agresiones.
Editado bajo el sello de la editorial Grijalbo, “Mi Bully y Yo” narra la historia de sus autoras Trixia Valle y Renata Legorreta, dos pequeñas cuya experiencia tiene muchas similitudes con la realidad que hoy vive el 40 por ciento de los estudiantes, que son 7.5 millones de niñas y niños que han sufrido algún tipo de violencia en México.
Recordó que fue la lucha por frenar este tipo de violencia lo que la llevó a trabajar con Trixia Valle y coincidir en que la primera tarea que debían hacer era alzar la voz y lograr que este problema dejara de estar en el anonimato, gozando del silencio y la impunidad que lo fomenta.
Su esfuerzo, relató Gómez del Campo, pronto rindió frutos, el tema cobró relevancia en los medios de comunicación y comenzaron a recibir muchas denuncias, donde una y otra vez el patrón se repetía: las víctimas no tenían a quién recurrir, los maestros ocultaban los casos por miedo y por no saber cómo actuar, y los directivos de las escuelas negaban que eso ocurriera en sus salones de clases para conservar el buen nombre de sus escuelas. “En el 100 por ciento de los casos la víctima no recibía la atención que necesitaba y terminaba perdiendo el ciclo escolar”.