En un estudio realizado entre nuestras generaciones actuales, el consenso general dice que los jóvenes no quieren que les digamos qué hacer, sino que quieren que les enseñemos cómo hacerlo. Mucho que pensar de esta frase… muchas conductas que revisar para poder encausar a estos seres en formación que piden a gritos un ejemplo digno de seguir, un discurso con consistencia que los inspire a parar la inercia de la incongruencia y la vida loca que se lleva de paso todos los sueños y la felicidad de una persona.
¿Cómo hacer de nuestro ejemplo uno positivo? ¿qué palabras podemos usar y que tengan sustento en hechos? ¿cómo respetar la individualidad de nuestros hijos y al mismo tiempo formarlos?
La congruencia comienza y termina con un trabajo individual, personal, para vivir en tres valores fundamentales que nos lleven a la congruencia:
- Respeto. Por sobre todas las cosas, el respeto -el no ofender, dañar, lastimar, contestar de forma despectiva a toda persona- crea congruencia con cualquiera que sea nuestro discurso o nuestro objetivo en la vida.
- Responsabilidad. Cuando somos capaces de asumir errores y aciertos con humildad y tener un verdadero propósito de enmienda, enseña a nuestros hijos a aprender de los errores y asumir las consecuencias de sus actos.
- Generosidad. El mundo requiere de líderes que sean capaces de darse al mundo, de brindarse, de contagiar.
Ya no bastan “curitas” para el cáncer de los anti-valores. Esa nube negra con la que hemos sido cubiertos debe ser limpiada de raíz. Su raíz es el egoísmo y la soberbia que nos lleva a pensar en nosotros solamente y después tratar de cubrir ese egoísmo con mentiras para “parecer” muy buenos, lo que da lugar a la incongruencia, al doble discurso.
¡Hoy cada uno de nosotros tenemos la solución al cáncer de valores que corrompe nuestro mundo!
La solución somos cada uno de nosotros hablando y viviendo la verdad.
Mediante esta conferencia, comprenderás cómo vivir tu propia congruencia e inspirar a tus hijos a vivir los principios y valores.
Temas:
- La familia: el centro de nuestra vida.
- Los mensajes negativos contra las familias.
- La autenticidad y congruencia para ayudar a que nuestros hijos forjen un criterio propio basado en valores.
- Entre respeto y permisividad: criterio sólido.
- Tiempo de calidad.
- La auotestima en cada miembro de la familia.
- Sentirse amados para permanecer unidos.
- "No hay hogar, como tú hogar... ahí perteneces tú"
¡Las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra!
¿Qué hace diferente a esta conferencia? Hablaremos de los conceptos base de la congruencia y algunas ideas colectivas que quitan autoridad en nuestro discurso ante nuestros hijos.
¡Llévala hoy mismo a tu escuela o a tu ciudad!
"En un mundo de cabeza, ahora me comprometo a que lo que le digo a mis hijos, lo cumplo."
Patricia Luna | Programadora