Mucho se habla de los hijos de cristal que se supone se sienten de todo y se rompen facilmente como cristal, sin embargo, poco se habla de sus papás, quienes educan con demasiados cuidados, mimos y apoyos por un gran amor que les tienen, pero que en ocasiones se mezcla con la aterradora “culpa” y resulta en un amor sin límites que puede malcriar, que es justo lo opuesto a lo que se desea.
Primero que nada, ¿por qué los padres actuales se sienten culpables?
- Porque el 50% de los matrimonios con hijos se han separado y sienten mucha tristeza por sus hijos.
- Porque a ellos (nosotros) nos tocó un mundo rosa de los ´80s y ´90s donde ir a la discoteca, andar en bici, jugar con amigos y tener un novio (a) era seguro y confiable y duele que ahora no sea así.
- Porque hay demasiadas tendencias y recomendaciones de crianza que confunden y asustan, que si el gluten, que si las alergias, que si los traumas, que si el apego…
- Porque quieren evitarles el dolor que sentimos de estar encerrados, encarcelados en casa dos años.
- Porque queremos lo mejor para ellos y consideramos que esa es la forma correcta.
Sin embargo, vemos que el resultado de estar criando como sociedad “niños y jóvenes de cristal” no siempre resulta positivo pues incluso hay padres que se vuelven esclavos de los hijos y hacen todo para darles gusto y evitar sentir culpa, además de justificar lo injustificable, porque “pobres, es mucha tarea”, “pobres, es que la pandemia”, “pobres es que su mejor amiga no le habla”, cuando bien sabemos que nosotros pudimos con la tarea, con los retos de la vida y con enfrentar un amigo que ya no lo es.
Sin embargo, los niños de cristal, como hacen los cuervitos con sus madres, solo dicen: “ma tengo sed”, “pa estoy cansado”, “ma no hice la tarea porque no tenía un lápiz”, y pretenden que todo se les resuelva en un instante como si estuvieran pidiendo un “Uber Eats”. De momento, y de acuerdo a la edad, esas pequeñas crisis, como tener hambre, sueño, sed, se resuelven en un Oxxo, pero, ¿que pasa cuando las necesidades son más grandes y ya no tenemos cómo resolverlas? Pues aparece su gran fragilidad que se torna en contra de ellos mismos.
Esta generación de hijos de cristal, criados con papás de algodón con tendencias sobreprotectoras, dan como resultado las siguientes caracretísticas:
- depresivos
- suicidas potenciales
- bulleadores
- crueles
- antipáticos
- inseguros
- egoístas
- mega mal hablados, groseros y prosaicos
- utilizan lenguaje soez, vulgar y sexoso
Entonces estas actitudes, en su mayoría, son generadas por:
- ser consentidos
- sobreprotegidos
- todo se les da
- tienen indisciplina
- se vuelven flojos
- son burlones
- irrespetuosos con padres y abuelos
- odiosos, yo les digo que tienen el síndrome de “odio odiar”: “es que odio levantarme temprano”, “es que odio tener que lavar mi plato”, “es que odio tener que ir a la escuela”, “es que odio a mi amiga”…
El tema deriva socialmente en que hay tanto bullying, tanta falta de consciencia, donde nuestros niños viven un campo de batalla todos los días de entrar a un salón y se puede cortar el aire con tijeras de lo pesado que es el ambiente, y la razón de ello es porque hay demasiados “generación cristal”. Entonces usan esta “supuesta sensibilidad de cristal” para cambiar las cosas a su conveniencia y echarle la culpa a todos de su mal actuar. Incluso sus padres pueden quedar cegados antes sus argumentos de por qué hacen lo que hacen, mientras ellos tienden a dejar que fluyan, que se expresen, que no se repriman, cuando a gritos y majaderías dicen lo que “sienten”, mientras que ya les han tomado la medida y cada cumpleaños el control se va rebasando.
Entonces esta crianza de algodón, no es efectiva, pues se les trata de dar amor que ellos interpretan como “no les importo, haga lo que haga, no me regañan”, mientras que detrás del regaño existe un profundo amor, un produndo interés en que seas mejor. ¿Cuántas veces un regaño a tiempo ha sido el motor para elevarnos a nuestra mejor versión? Y si esto se traduce al maestro, que está ahí dando su tiempo, su vida, sus conocimientos para hacernos mejores, con nuestras actitudes de algodón, le quitamos importancia en su exigencia académica que es precisamente lo que estamos pagando: que sean excelentes alumnos, para que el día de mañana sean excelentes profesionistas.
Un tip adicional es que el teléfono no es imporante, pero es urgente y nada más puede, en ocasiones, interrumpir cosas que son importantes como conectarte con tus hijos, escucharlos con atención y guiarlos, que es nuestro papel principal. Un día una madre de algodón arrepentida, me decía: “Yo le dí siempre gusto a mi hijo, siempre elegía el restaurante el fin de semana y le hacía planes con sus amigos, sus regalos eran los mejores y pensaba cada cumpleaños que lo estaba haciendo muy bien. Sin embargo, un día estaba con mi hijo platicando cuando me iba a confesar algo muy importante, pues se estaba cortando, no se amaba, sus amigos no lo aceptaban pues era grosero con ellos y se iba quedando solo, también se sentía triste porque su papá y yo peleabamos mucho y me lo quería decir, pero de pronto el teléfono nos interrumpió y él, como es lógico, se enojó muchísimo. Cuando quise ir a su encuentro de nuevo, pero ya era tarde, ya se había cerrado y se negó a decirme lo que sentía. La energía se interrumpió y tardó dos años en decirme lo que pasaba cuando ya su salud mental y física estaban en muy malas condiciones. Yo no logré conectar con él en los momentos cruciales, para escuchar un mensaje de mi comadre que podía esperar y ¡cómo me arrepiento!”.
Así como en este caso, lo importante no es darles todo, ni gustos, ni regalos, el secreto está en darnos, en BRINDARNOS a ellos por completo, con amor, con límites, con regaños, con exigencias para que aprendan a ser disciplinados, amorosos y respetuosos con los demás y se eviten la culpa de ir a un retiro de jóvenes a llorar y confesar que han sido crueles con otros y ahora se arrepienten. No dejes que por una guía sobreprotectora, pierdan la brújula y después les cobre la factura.
Así, ¿qué eliges: crianza de algodón para hijos de cristal o crianza efectiva para hijos de cristal blindado? Toda esta información viene en mi libro “Método de 8 valores para la crianza efectiva”, una receta tan sencilla y efectiva que puedes comenzar a utilizar desde el día 1 y cambiará para siempre tu dinámica familiar, disminuirán las quejas en la escuela y tus hijos tendrán una verdadera autoestima que los lleve a respetar a los demás. Recuerda que:
SOLO QUIEN SE SIENTE AMADO, PUEDE SER EDUCADO Y SOLO QUIEN ESTÁ EDUCADO PUEDE AMAR Y SER AMADO POR LOS DEMÁS.
Te lo digo con mucho, mucho amor.
Trixia