Para nadie es noticia que en la actualidad, nuestro país enfrenta al reto educativo más grande de la historia, si bien hemos pasamos de ser un pueblo analfabeta a principios del siglo XX a ser un pueblo alfabetizado en su mayoría, el problema actual reside en la violencia al interior de los planteles y las faltas de respeto generalizadas, mismas que impiden que la misión educativa se cumpla al 100%.
Desde el 2007 comenzamos a percibir un fenómeno que avanzo rápidamente en nuestras aulas, se trata del bullying, palabra en inglés que significa acoso escolar y que afecta a 7 de cada 10 niños en México de acuerdo al estudio sobre violencia del Secretario General de la ONU 2007. Dicho fenómeno no distingue raza, religión, sexo, estructura física ni edad y cada vez afecta a más temprana edad*. *Fundación en Movimiento, A.C.
Podríamos decir que dado el nivel de bullying en las escuelas, el bienestar integral de los alumnos se ve comprometido, y en algunos casos esto ha derivado en corrupción temprana del individuo. La razón del avance del fenómeno se debe principalmente a tres factores:
- Ambientales: son todos los factores que influyen a la persona en nivel macro social y entre los cuáles encontramos tres principales elementos:
- Miedo generalizado; los medios de comunicación alimentan el miedo y existe una idea generalizada de un mundo sin esperanza, donde podemos estar seguros que lo peor llegará. Los padres de familia también contribuyen a que esto suceda, dado que algunos no miden sus palabras y comentarios frente a los niños, y contribuyen en alimentar el temor por la vida.
- Erotización a temprana edad; cada vez encontramos mayor número de puestos de revistas, periódicos amarillistas, espectaculares, anuncios de TV y radio en dónde se muestra o describen imágenes eróticas no propias para la infancia. El resultado de dicha estimulación, la percibimos en el aumento de casos de bullying sexual a muy tempranas edades. Cabe mencionar, que el bullying sexual es cuando se hacen toqueteos intencionados, se bajan los pants o levanta la falda, se obliga a alguien a ver imágenes sexuales o se agrede físicamente en los genitales. Todas estas reacciones han aparecido con mayor frecuencia en los últimos cuatros años y el aumento va a la par de la “no censura” de imágenes expuestas para todo público.
- Estimulación a la violencia e insensibilidad al dolor ajeno; el número de escenas con agresiones verbales y físicas que existen en nuestro ambiente, condicionan la conducta y la formación de valores de los mexicanos en un 43% de acuerdo a la Asociación Civil, A favor de lo mejor, A.C. Las principales maneras de percibir estos contenidos son:
- En las caricaturas y programas en horario infantil son extremadamente frecuentes las manifestaciones de violencia, al grado en que nos hemos acostumbrado a ellas. En especial las caricaturas agresivas fomentan la violencia, ya que de acuerdo a un estudio realizado en Harvard, cuando una persona mira escenas en caricaturas, el juicio crítico se apaga de inmediato y entra al subconsciente de manera automática; por este motivo, los niños estudiados repitieron de inmediato la violencia al haberla visto en caricaturas.
- Los videojuegos son repeticiones de secuencias de violencia donde el individuo, no sólo observa la violencia, sino que interactúa y utiliza su voluntad para matar y golpear.
- Los juguetes forman el tercer factor en este punto, pues de acuerdo a un análisis realizado por Fundación en Movimiento, A.C., el 80% de ellos tienen factores de guerra y violencia física o verbal, de esta manera el niño aprende jugando a ser violento.
- Por último, el internet, es un recurso donde se pueden encontrar todo tipo de escenas al sólo colocar una palabra en el buscador, es decir, la persona puede estar buscando información valiosa mientras que el buscador le muestre resultados violentos, sexuales o prosaicos sin el menor reparo. Por ello existe un filtro (firewall) llamado iBoss, mismo que protege la aparición de páginas indebidas y programas o películas desde Netflix o Youtube, no propias para niños.
- Educativos: son todas las condiciones fijadas en el código de las autoridades educativas, quienes regulan los ambientes escolares. Durante décadas vimos la disciplina y el respeto a los docentes como parte integral de agradecimiento de los padres y alumnos por fomentar su dignidad y desarrollo social en la impartición educativa. Sin embargo, hace algunos años, las autoridades, en la búsqueda de una educación de vanguardia y con mucha libertad de expresión ha dejado a un lado la disciplina y el respeto que se le debe a quienes nos ilustran y enseñan.
Es evidente que la evolución de la conciencia en niños y jóvenes, los lleva actualmente a ser indagadores y a formarse sus propias opiniones, por ello una educación autoritaria y represiva tampoco funcionaría con estas nuevas generaciones. Sin embargo, por muy inteligentes y capaces que sean los niños modernos, no se puede dejar en ellos la auto regulación y confiar en que por amor al estudio, aprenderán. Incluso UNICEF, en uno de sus estatutos, exige la presencia de un adulto responsable, que sea quien guíe e ilustre a la niñez.
Dejar en manos de niños las decisiones y la formación de valores, no sólo es peligroso sino que puede representar el comienzo de la anarquía social. Por ello, las medidas recientemente tomadas como no evaluar ni reprobar a los alumnos, evitar medidas disciplinarias –así sea sacar del salón de clases al alumno por presentar mal comportamiento- y tener que tratar con pinzas al alumno, avocando a que ellos son los clientes “y siempre tienen la razón”, dibuja muy bien la cosecha del resultado actual donde no existen límites, ni respeto, ni disciplina, ni formación. Todo ello deriva en el aumento alarmante en los niveles de bullying, donde la OCDE nos ha calificado como el primer lugar a nivel mundial en bullying en los años de secundaria y primer lugar en delitos cibernéticos.
De esta forma, la vanguardia puede funcionar en alumnos países donde la corrupción se ha erradicado y el respeto y la honestidad se viven y se respiran en los ambientes. Sin embargo, en el caso de México, la formación de dichas conductas está en proceso y por ello, el poner mano suave en la educación de las nuevas generaciones, no cumplirá la máxima de Aristóteles que nos dice: “El propósito de la educación es formar buenos ciudadanos”. Jamás dijo, vanguardistas, modernos, auto regulados y sin evaluación, sólo dijo buenos. De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, la palabra “bueno” significa: “Que tiene bondad en su género”. adj. Útil y a propósito para algo.
Así que parte fundamental en el aumento del bullying reside en la mano “suave” y “laxa” al formar a las nuevas generaciones quienes han elegido la violencia como forma de diversión, las faltas de respeto como parte de su individualidad y una apatía generalizada en dónde sólo les interesa mirar por horas su perfil de Facebook y medir su valor en el numero de seguidores de las redes sociales, de estudiar ni hablamos, eso suena soso, aburrido y la cantaleta común es “por qué tengo que estudiar eso que de nada me va a servir”.
- Los padres de familia postmodernos: en la búsqueda de la abolición de las injusticias en contra de la niñez y los abusos sufridos por parte de los adultos en generaciones pasadas, algunos padres de familia han radicalizado su educación llevándola al extremo de la sobre protección de los hijos. Para nadie es noticia que velar por los hijos y su sano desarrollo, no sólo es un capricho, sino que es parte del artículo 4º Constitucional, que nos dice que unos de los derechos de los mexicanos es crecer en un ambiente que favorezca su sano desarrollo. Creo que todos estaremos de acuerdo en la importancia de hacerlo.
Sin embargo, la forma actual de ejecutar este concepto es lo que nos lleva al extremo opuesto que tampoco ayuda. Es decir, todos al ir creciendo y cometer una falta, inventábamos un sinfín de pretextos de por qué no era nuestra culpa lo sucedido, sin embargo, casi ningún padre de familia asumía esto como verdadero y se ponía una sanción al mal comportamiento. La diferencia actual reside en que el padre de familia post moderno, SÍ creerá y avalará la historia. Así, graves faltas pasan desapercibidas y el infante desde casa ha aprendido a “salirse con la suya” o a vivir una vida sin consecuencias.
Asimismo, hemos visto aparecer una ola de insatisfacción y reclamo contra los maestros, debido al nivel de sobreprotección descrito anteriormente, y donde se considera al maestro como culpable de cualquier mal comportamiento o bajo rendimiento en el niño. Esto se ilustra en el siguiente cartel que aparece en el sitio web de Pablo de los Ríos prgoe.blogspot.com.
Por lo anterior, la buena educación de los padres consiste en guiar y corregir las malas conductas de los hijos para formar y apoyar al modelo educativo de país, que consiste en crear buenos ciudadanos. La responsabilidad de todo padre de familia, no sólo reside en satisfacer las necesidades económicas, sino en dejar un legado de valores al mundo. Cabe mencionar, que lo que no se educa y corrige en casa, en la mayoría de los casos lo corrige LA VIDA pero a un costo muy, muy alto.
Por lo anterior, considero a título personal, y lo comparto, que estamos muy a tiempo de regresar al camino y formar un sendero educativo que nos sostenga como sociedad por muchos años más. Sin embargo, para hacerlo, cada uno de nosotros requerimos comprometernos por y para la niñez y velar por el primer derecho fundamental del crecimiento, que es el Derecho a la Inocencia. Crear un ambiente de respeto y disciplina que controle y eduque verdaderamente en valores a los nuevos mexicanos.
Si un día surge una política pública donde se establezca la obligatoriedad en el cumplimiento del artículo 4º constitucional, estaremos viendo al Nuevo México, que no es otro más que el México de siempre, donde la familia y los valores daban el brillo fundamental de lo que somos y quienes somos como nación.
En una visión más particular y buscando transformar poco a poco la visión de mundo que queremos, hemos trabajado directamente en el Colegio Yeshiva Keter Tora, por medio de un taller de maestros que generó un cambio de consciencia y una guía para poder implementar medidas de prevención, atención y corrección de bullying. A la par, surgió una campaña con frases asertivas para promover la sana convivencia con temas desde el respeto hasta el amor al prójimo.
Considero que todos somos parte de un contexto, cuando nuestro contexto nos llama hacia el buen comportamiento y la buena convivencia, es más fácil generar personas que colaboren y que se traten bien. Actualmente el bien se le llama mal y al mal bien, existe una total confusión de valores que deriva en bullying: insultar por decir la verdad; no saludar por evitar ser hipócrita; maltratar porque “lo merece”… así es importante reforzar qué es el bien y qué es el mal, dentro de un marco de sana convivencia y de sociabilización digna que es lo que las escuelas requieren hacer como parte de una buena formación.